Cuando hablamos del «modo de vida creativo», hablamos de una filosofía propia. Una manera de vivir y de actuar en el mundo basada en nuestras ideas, nuestras pasiones y nuestros anhelos.
- No esperar que las cosas sucedan sino hacer que las cosas sucedan.
- Entre el ser y su hacer existe un diálogo permanente. Saber escuchar y responder es la clave para sintonizar con los propósitos creativos.
- Utilizar la energía de los obstáculos a favor de los propósitos creativos.
- Ser sinceros con nosotros mismos.
- Vivir y experimentar el propio desarrollo creativo como un camino de crecimiento permanente.
- Asumir el rol de la realidad e incorporarlo activamente al proceso creativo.
- Acompañar a la imaginación de la acción, y a la acción de la imaginación.
- Entender al error como el proceso por medio del cual una idea u obra se perfecciona a sí misma.
- Practica y aprendizaje permanente son parte vital del crecimiento personal.
- Todo proceso creativo comienza con un acto de destrucción.
- Vivenciar el equilibrio ideal a través del movimiento.
- Aquello que creamos también nos crea a nosotros.
- Comprender y asimilar que no existe la seguridad absoluta.
- Reconocer y capitalizar el valor de lo inesperado y la capacidad de sorpresa.
- Generar y utilizar espacios vacíos para que surjan fenómenos creativos.
- Reconocer el poder creativo de nuestra mirada.
- Hacer del juego parte de la propia vida.
- “Hacia afuera” y “Hacia adentro” son dos campos de acción diferentes pero que pueden conectarse a a través del propósito.
- Tener miedos, pero no permitir que el miedo nos (de)tenga a nosotros.
- Avanzar, siempre avanzar.